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21 Entonces un ángel poderoso levantó una piedra, tan grande como una piedra de molino, y mientras la arrojaba al mar decía: «Con este mismo ímpetu serás derribada, gran ciudad de Babilonia,(A) y nunca más se sabrá de ti.(B) 22 Nunca más volverá a oírse en ti la música del arpa, de la flauta y de la trompeta;(C) nunca más habrá en ti artífices de ningún oficio, ni volverá a oírse en ti el ruido de la piedra del molino. 23 No volverá a alumbrar en ti ninguna lámpara, ni volverá a oírse la voz del esposo o de la esposa.(D) Tus comerciantes eran los grandes personajes de la tierra, y con tus hechicerías engañaste a todas las naciones.

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